jueves, 25 de febrero de 2010

El hornitorinco - J.A.S.

Hola niña hermosa:

Ayer tenia ciertas ganas de conocer a un hornitorinco. Nunca he visto un animal de esos, solo en el Discovery Channel pero eso no cuenta. En este lugar paradisiaco (já!) solo te llegas a encontrar palomas de iglesia, pinacates malolientes y si tienes algo de suerte, un camaleon que no cambia de color (a menos claro que lo ahorques, se pone morado, si lo tuestas, enegrece y si lo pisas se pone rojo). Me dijo doña Wikipedia que encuentro esos animalejos en un lugar llamado Australia, ya no lei más, me dio flojera. Asi, en un afan investigador me puse a buscar en la seccion amarilla a ese tal lugar llamado Australia. Encontré; Pisos y azulejos Autralia, Articulos campistas Australia, Chongoz Zamoranos Autralia y Autralia Comida Campirana. Anoté en un viejo ticket las cuatro direcciones de dichos lugares y me fui en busca de ellos. 

Llegué como a las seis a los pisos y azulejos, me atendió una linda señorita que me pregunto primeramente si estaba en plan de remodelar mi casa, le dije que no. Tenemos en oferta azulejos para baño que nos acaban de llegar, hay de varios diseños, me dijo. Puse cara de extrañado y le pregunte por alguien que me pudiera atender y no contarme comerciales. Me hizo cara de mala onda y le llamo a un tipo de corbata que estaba por ahi cerca. El hombre, que estaba ocupadisimo picandose la nariz, se limpio tan rapido como pudo y se acerco a mi. ¿En que podemos servirle joven? Y aprovechando su pregunta le dije que andaba buscando un hornitorinco. Puso cara de pendejo, le dio un poco de risa y luego le dijo a la señorita que me atendio al principio: Margarita, ¿Como ves? este anda buscando un hornitorinco.

Luego luego me fui a los siguientes locales y casi fue la misma mecanica, a diferencia que en los changos zamoranos una señora de edad avanzada me pregunto de que se trataba eso. Le dije que era un animal y me dijo que posiblemente sabrian algo de eso en la Veterinaria de los Torres, en el centro. Le di las gracias y parti a la veterinaria.

Bendita suerte la mia, pues cuando pregunte en la veterinaria me dijeron que tenian uno, que en todo México no hiba a encontrar un solo ejemplar, tons era una cosa exclusivisima. No dije nada mas pues ellos ya me llevaban a un cuarto trasero a ver ese animal extraño. 

Encendieron la luz de un cuarto que cuando se hizo visible se mostro vacio y cerraron la puerta. Pregunte una vez por el hornitorinco, pero antes de que terminara de parlar mi cuetion senti un fuerte golpe en la cabeza.

Un segundo despues me vi en un lugar distinto; era un lugar selvatico, con grandes plantas y flores, musicalizado por cantos, aves, insectos, un gran rio, monos en los arboles y yo. De pronto, en el agua un leve movimiento. Una cosa parduzca se movia alla bajo. Era... era... era... un hornitorinco!. ¡Bingo! Habia dado con el animal ese y el hecho de estar en medio de una Lacandona me valia madres, yo ya estaba bien emocionado con el pato-topo. Dicha cosa salio del agua, me vio fijamente y con una voz tierna me dijo: ¡Ora cabron!, ¡Tu cartera! ¿Donde chingaos esta tu cartera? ¡Rapido, el celular, el cinto, sus llaves! 

Reaccione. ¡Cual pinche hornitorinco ni que nada¡, ¡los putos veterinarios me estaban agandallando!, el madrazo me hizo alucinar ¡puta madre!

Pero fue tarde para despertar, esos hijos de la chingada ya se habian ido, ni siquiera eran veterinarios, el local donde estaban tampoco era de ellos y pa acabarla de amolar, al verdadero veterinario le robaron unos sweters para perro y como a mi hayaron en la escena del crimen, tuve que pagarlos y pase doce horas en la preventiva. 

Ni modo, asi pasa. Al menos vi al hornitorinco.

Con cariño, J.

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