jueves, 25 de febrero de 2010

Accidental - J.A.S.

-Hola- Ella sin voltear, ensimismada en los cuerpos que llevan los de cruz roja responde -Nada, viendo los muertos- La sangre esta regada sobre el pavimento, hay una mujer que llora, es evidente el cinismo y desinterés de los voyeristas congregados -Viviana...- hablo tímidamente -...estoy enamorado de tí- Sorprendida gira su cuerpo y ve directo mi cara -¿Cómo que enamorado de mi?- Un patrullero se acerca al público, pregunta si hay alguien que conozca a los del choque. -¡Yo señor!- Respondo. Viviana queda en silencio, expectante, solo observa lo que sucede. -¿A quien conoce usted joven?- Y yo, como buscando un as en los bolsillos esculque el ingenio y respondí bruscamente -A todos. Ese de allá, el de la boina marrón que esta al volante es Eros, el niño sobre el parachoques, Cupido, y la mujer que ha quedado inconciente, Helena- El oficial, sin percatar mi nula relación con los accidentados y que todo trataba de un mero halago a quien momentos antes le había otorgado mi amor, tomó nota y me pidió lo acompañara mientras alguien reclamara a los fallecidos. Sujete de la mano a Viviana -Cuando el amor a una persona escapa de nuestro límite, como el aire de un globo cuando explota, es flagelante no poseerlo. A ti te he amado siempre, mas no pude contenerme, imposible esperar y vengo a confesarte aquí, en el momento cualquiera, que te amo- Subo a la última ambulancia, nos siguen un par de patrullas. Dos minutos después tomo mi celular y le mando un mensaje a Viviana para despedirme.

El hornitorinco - J.A.S.

Hola niña hermosa:

Ayer tenia ciertas ganas de conocer a un hornitorinco. Nunca he visto un animal de esos, solo en el Discovery Channel pero eso no cuenta. En este lugar paradisiaco (já!) solo te llegas a encontrar palomas de iglesia, pinacates malolientes y si tienes algo de suerte, un camaleon que no cambia de color (a menos claro que lo ahorques, se pone morado, si lo tuestas, enegrece y si lo pisas se pone rojo). Me dijo doña Wikipedia que encuentro esos animalejos en un lugar llamado Australia, ya no lei más, me dio flojera. Asi, en un afan investigador me puse a buscar en la seccion amarilla a ese tal lugar llamado Australia. Encontré; Pisos y azulejos Autralia, Articulos campistas Australia, Chongoz Zamoranos Autralia y Autralia Comida Campirana. Anoté en un viejo ticket las cuatro direcciones de dichos lugares y me fui en busca de ellos. 

Llegué como a las seis a los pisos y azulejos, me atendió una linda señorita que me pregunto primeramente si estaba en plan de remodelar mi casa, le dije que no. Tenemos en oferta azulejos para baño que nos acaban de llegar, hay de varios diseños, me dijo. Puse cara de extrañado y le pregunte por alguien que me pudiera atender y no contarme comerciales. Me hizo cara de mala onda y le llamo a un tipo de corbata que estaba por ahi cerca. El hombre, que estaba ocupadisimo picandose la nariz, se limpio tan rapido como pudo y se acerco a mi. ¿En que podemos servirle joven? Y aprovechando su pregunta le dije que andaba buscando un hornitorinco. Puso cara de pendejo, le dio un poco de risa y luego le dijo a la señorita que me atendio al principio: Margarita, ¿Como ves? este anda buscando un hornitorinco.

Luego luego me fui a los siguientes locales y casi fue la misma mecanica, a diferencia que en los changos zamoranos una señora de edad avanzada me pregunto de que se trataba eso. Le dije que era un animal y me dijo que posiblemente sabrian algo de eso en la Veterinaria de los Torres, en el centro. Le di las gracias y parti a la veterinaria.

Bendita suerte la mia, pues cuando pregunte en la veterinaria me dijeron que tenian uno, que en todo México no hiba a encontrar un solo ejemplar, tons era una cosa exclusivisima. No dije nada mas pues ellos ya me llevaban a un cuarto trasero a ver ese animal extraño. 

Encendieron la luz de un cuarto que cuando se hizo visible se mostro vacio y cerraron la puerta. Pregunte una vez por el hornitorinco, pero antes de que terminara de parlar mi cuetion senti un fuerte golpe en la cabeza.

Un segundo despues me vi en un lugar distinto; era un lugar selvatico, con grandes plantas y flores, musicalizado por cantos, aves, insectos, un gran rio, monos en los arboles y yo. De pronto, en el agua un leve movimiento. Una cosa parduzca se movia alla bajo. Era... era... era... un hornitorinco!. ¡Bingo! Habia dado con el animal ese y el hecho de estar en medio de una Lacandona me valia madres, yo ya estaba bien emocionado con el pato-topo. Dicha cosa salio del agua, me vio fijamente y con una voz tierna me dijo: ¡Ora cabron!, ¡Tu cartera! ¿Donde chingaos esta tu cartera? ¡Rapido, el celular, el cinto, sus llaves! 

Reaccione. ¡Cual pinche hornitorinco ni que nada¡, ¡los putos veterinarios me estaban agandallando!, el madrazo me hizo alucinar ¡puta madre!

Pero fue tarde para despertar, esos hijos de la chingada ya se habian ido, ni siquiera eran veterinarios, el local donde estaban tampoco era de ellos y pa acabarla de amolar, al verdadero veterinario le robaron unos sweters para perro y como a mi hayaron en la escena del crimen, tuve que pagarlos y pase doce horas en la preventiva. 

Ni modo, asi pasa. Al menos vi al hornitorinco.

Con cariño, J.

domingo, 14 de febrero de 2010

Puedo escribir los versos más tristes esta noche - Pablo Neruda -

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Oscuridad hermosa - Gonzalo Rojas -

Anoche te he tocado y te he sentido
sin que mi mano huyera más allá de mi mano,
sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído:
de un modo casi humano
te he sentido.

Palpitante,
no sé si como sangre o como nube errante,
por mi casa, en puntillas, oscuridad que sube,
oscuridad que baja, corriste, centelleante.

Corriste por mi casa de madera
sus ventanas abriste
y te sentí latir la noche entera,
hija de los abismos, silenciosa,
guerrera, tan terrible, tan hermosa
que todo cuanto existe,
para mí, sin tu llama, no existiera.

Endecha - Mario Rivero -

Estábamos perdidos
cuando nos encontramos
en aquel retraso de aeropuerto.

Yo estaba lleno de noche y de frío,
aunque había pasado tres días
en el "San Francisco",
con una muchacha de nalgas redondas.

Tu creíste que yo era un camionero.
Admiraste la vulgaridad de mi estilo
y me amaste por ello.
-No lo era.-

Yo creí que tú eras una princesa,
que arrastraba hasta mí su aburrimiento.
-Y es verdad.-

Como es verdad que seguimos estando perdidos.
Yo, por no poder soportar la realeza,
tú, por no saber nunca lo que estás haciendo.